Jen, de diecisiete años, vuelve su vida al revés cuando, por puro aburrimiento, hace la apuesta de que puede convertir al geek de la escuela en alguien como ella.
En lugar de ello, la chica gótica se encuentra sumergida en su mundo de películas de ciencia ficción, obras de caridad, e incluso -¡ugh!- bowling. Pero para pertenecer realmente con él -y su familia adoptiva- ella debe primero conciliarse con su violento pasado.
Mi opinión sobre:
El libro:
Sé lo que todos pensaran: “¡Oh! Una apuesta, que original” Si, lo de la apuesta de cambio de personalidad o estatus quo ya se usó varias veces. Pero lo original en este libro es que es ella (la que hace la apuesta) que cambia sin querer. La nerdidad de Trevor (el chico en cuestión) es tan contagiosa y él es tan bueno que hace que ella quiera ser una mejor persona.
Además, está la conmovedora historia de Jen, que resulta tristemente cotidiana.
Si, es una historia cursimente nerd. Sin embargo es una linda novelita para pasar el rato y divertirse con sus encantadores personajes. Los cuales atraviesan grandes cambios a través de la historia, en especial Jen, obviamente.
Indiscutiblemente, amé todas las referencias al mundo geek (nerd) que ni sobran ni faltan.
-¿Crees que puedo hacer que aquel chico se vuelva malo?
Los protagonistas:
Jennifer no es la típica protagonista de novela románticas. Ella es ruda, sexy, malhumorada y dark (emo o gótica, freak). Pero, predeciblemente, en el fondo, es buena y dulce. A lo largo del libro, ella va pasando varias etapas, hasta encontrarse a sí misma. Por lo que es fácil identificarse con ella.
Y Trevor es taaan lindo. Es muy dulce y algo inocente, diferente a casi todos los protagonistas de libros malotes que son muy populares hoy en día. Aunque él también cambia mucho durante el libro, y no del todo para bien. Pues debajo de tanta dulzura, hay un chico orgulloso y muy terco, al que le es difícil perdonar. Pero aún así lo quise mucho.
-Yo también Trev. Quién diría que serías El Único. Lo cual supongo que me hace tu Trinity.
-Mi Zira.
-Tu…- Busco en mi cerebro, tratando de recordar otra gran contraparte romántica de ciencia ficción. -Soy tu Saphira.
Trevor comienza a reír.
-¿Qué?- demando.
-Saphira es un dragón.
-Lo sé, pero Eragon la necesitaba, y ella lo necesitaba a él.
-Bueno, admitiré eso. Pero no creo que sea muy divertido basarla. Prefiero que fueras mi Ayra.
Puntuación:
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